Esta empresa viene trabajando en la zona oeste, especialmente Ituzaingó, Castelar, San Antonio
de Padua, desde el año 1997. En este lapso de tiempo hemos mantenido una trayectoria intachable,
cuidando a nuestros clientes, tanto compradores como vendedores, para que puedan llegar al final
de la operación sin sobresaltos y plenamente seguros.
Nuestra atención es personalizada, procurando encontrar lo que nos piden, por eso ponemos
especial atención a los deseos y sueños de las personas que se acercan a la inmobiliaria.
El origen del pueblo de Santa Rosa (hoy Ituzaingó) tuvo lugar en el siglo XIX, en los
alrededores de la pulpería del mismo nombre ubicada en la actual Avenida Santa Rosa y las vías.
Junto con negocios y boliches, se fueron estableciendo los primeros vecinos, atraídos por el
intenso tráfico de carretas, diligencias y jinetes.
En las primeras décadas del siglo XX, la zona oeste fue escogida por sectores pudientes de
Buenos Aires como lugar de quintas y casas de veraneo. En lugares más distantes de la estación
Ituzaingó del ferrocarril, se desarrollaron actividades productivas como cultivos, tambos,
fábricas de ladrillos y las primeras industrias.
Hacia fines de 1930 se fue poblando de inmigrantes extranjeros y del interior.
La zona era recomendada por médicos de la ciudad, por la altura de sus tierras y la bondad del
clima, lo que motivo que se la llamara "La Córdoba Chica", virtudes que se mantienen aún hoy.
Esto se suma a su pintoresco aspecto de pueblo, con dos plazas (una a cada lado de las vías), el
cine, la Iglesia, los colegios y sus calles techadas por arboledas centenarias.
A estas atractivas características se agrega la comodidad que aporta la Autopista del Oeste, que
permite a los vecinos que trabajan en pleno centro de la ciudad de Buenos Aires, llegar en menos
de media hora. Esto viene favoreciendo el progreso y crecimiento de ciudades como Castelar,
Ituzaingó y San Antonio de Padua, que además brindan menores índices de inseguridad respecto a
otras localidades del Gran Buenos Aires.
Son lugares donde resulta agradable pasear cuando cae la tarde, tomar algo frente a la plaza,
charlar con los conocidos, ir al club o a comer un helado en verano, todo como una mini vacación
entre una jornada laboral y otra.
Los futuros vecinos no solo comprarán una casa, estarán comprando una forma de vida.